Existen muchas dolencias, lesiones, anomalías y problemas en los pies de los niños y de los bebés, por eso es importante reconocer y saber qué tipo de dolencias puede tener un niño en los pies.
Los pies de los niños y de los bebés son algo fundamental para tener un correcto crecimiento psicomotor. Los pies son la zona que el cuerpo usa para apoyar todo el peso y tienen un papel fundamental en la función locomotriz.
En Guiainfantil.com han comentado algunas de las dolencias más frecuentes:
1- Pies planos: un pie se considera plano cuando la altura del arco longitudinal de la planta es menor de lo habitual. La mayor parte de los pies planos son flexibles (se corrigen si el niño se pone de puntillas), y no precisan tratamiento. Tan sólo los pies planos rígidos (que se deben a malformaciones óseas) requieren tratamiento quirúrgico. Se puede solucionar, en algunos casos, usando plantillas correctoras.
2- Pies valgos: muchos niños con los pies planos tienen a su vez los pies valgos. Se caracterizan por una desviación del talón hacia fuera, y por un “efecto de caída” dela parte interior del pie, que parece que tocase el suelo. En la edad pediátrica no requiere tratamiento, salvo si genera dolor.
3- Pies cavos: es lo contrario de los pies planos. Se define como un aumento del arco longitudinal plantar. Es bastante frecuente. Pueden ser primarios (causa desconocida), o deberse a enfermedades neurológicas. En niños no suelen producir síntomas, que se manifiestan en la edad adulta en forma de dolor en las zonas de apoyo (metatarso y talón), dedos en garra, inflamación del tendón de Aquiles, dolor de espalda, etc. Se aconseja usar zapatos cómodos y anchos. Los casos más graves requieren cirugía.
4- Pie en niños diabéticos: los niños con diabetes mal controlada pueden manifestar alteraciones neurológicas que les hagan percibir peor el dolor y la temperatura. Este hecho les hace más vulnerables a presentar rozaduras y quemaduras más importantes. Además, hay que tener en cuenta que su piel cicatriz peor, y que son más proclives a desarrollar todo tipo de infecciones. Por todo ello, han de cuidar en extremo sus pies. Importante llevar calzado cómodo.
5- Pie con uñero: el uñero, o panadizo, es una infección del repliegue de la uña. La mayor parte de los casos se deben a bacterias que portamos como flora en la piel. Aprovechando alguna herida o roce, dichas bacterias penetran en el interior del repliegue y provocan una infección local. Cursa con dolor, enrojecimiento y supuración. El tratamiento consiste en la aplicación de baños de agua caliente y tratamiento tópico (antisépticos, antibióticos). Si persiste, o si se complica, se tratará con antibióticos orales y/o drenaje quirúrgico.
6- Pie con talalgia: la talalgia, o enfermedad de Sever, cursa con dolor en el hueso del talón, justo en la zona donde se inserta el tendón de Aquiles. Este cuadro es típico de niños que practican deporte tipo “multisalto” y/o carrera (baloncesto, fútbol). Para su tratamiento, se precisa un buen programa de calentamiento previo al ejercicio, estiramientos posteriores al mismo, antiinflamatorios y unas taloneras de silicona. Estas últimas, ejercen un efecto almohadilla, que atenúa el impacto generado por el peso del cuerpo sobre los talones. El calzado terapéutico ayuda mucho.
7- Pie de atleta: es el nombre común de una infección por hongos que afecta a la zona de la planta del pie, dedos, y zonas interdigitales. Suele asentar sobre un eccema previo, en niños con sudor local abundante. Cursa con picor intenso y mal olor. Su tratamiento implica la administración de antifúngicos, locales, o por vía oral.
8- Podorosis: la podorosis consiste en la aparición de mal olor en los pies. En ocasiones se relaciona con infecciones por hongos, en los pliegues interdigitales. Estas infecciones aparecen con mayor frecuencia si los niños emplean zapatos o zapatillas cerradas, de difícil transpiración. Aconsejamos usar calzado transpirable, y ventilar el calzado cuando no se utilice. Además, recomendamos asear con sentido común los pies, y secar bien éstos antes de proceder a cubrirlos.
9- Verrugas plantares: la población las conoce como “papilomas”. Son lesiones inicialmente pequeñas, que van expandiéndose con el paso del tiempo. Su aspecto es rugoso, y pueden mostrar manchas oscuras en superficie. No siempre producen dolor, aunque muchas veces son molestas. No hay uniformidad de tratamiento. Se puede usar pomadas de ácido salicílico, crioterapia, quemadura con sustancias ácidas, o cirugía.
En muchos casos lo fundamental es que, desde pequeñitos, usen calzado cómodo para evitar futuros problemas y saber reconocer qué tipo de dolencias puede tener un niño en los pies es fundamental. En Calzados Turín somos especialistas en calzado Ortopédico, terapéutico y cómodo.
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Fuentes:
www.guiainfantil.com